Introducción/Antecedentes
El Instituto de Estudios Avanzados en Ciencias de la Vida se basa en una premisa simple pero poderosa: que para brindar respuestas efectivas a los principales problemas científicos en las ciencias de la vida que enfrentan los investigadores hoy en día, debe haber una integración mucho mayor entre la investigación científica pura y las humanidades.
Esto significa incorporar a la investigación científica las siguientes disciplinas, que van desde las ciencias exactas y duras hasta las humanidades, incluyendo: matemáticas, física, teoría evolutiva, biología del desarrollo, neurociencia, antropología, comportamiento animal, psicología, ciencias sociales, teoría política, historia, comunicación, lingüística y filosofía.
¿Por qué es esto necesario?
Si bien la ciencia ha avanzado mucho en el descubrimiento de los componentes y mecanismos de los sistemas vivos, nuestra comprensión de estos sistemas aún está llena de incógnitas y son necesarios nuevos enfoques e investigaciones. En particular, la comprensión científica actual se destaca en el conocimiento descriptivo o mecanicista de sistemas específicos y estrechos, pero la ciencia de las leyes y principios biológicos generalizables que rigen la estructura, la evolución, la dinámica y las propiedades emergentes de los sistemas vivos aún está en sus inicios.
En particular, es necesario estudiar aquellos sistemas de complejidad organizada que abordan las “grandes incógnitas”, como la cognición, el desarrollo, el lenguaje y la comunicación.
¿Por qué las humanidades? En su etapa actual de desarrollo, el lenguaje matemático no ha demostrado el mismo éxito a la hora de descifrar las leyes de los sistemas vivos que en el mundo físico e inanimado. A diferencia de la física, donde una fuerza como la gravitación se aplica por igual a los cuerpos celestes y a una manzana que cae de un árbol, las leyes universales en biología siguen siendo esquivas.
Parte de la dificultad es que la vida nos abruma con detalles. En ese marasmo, nos esforzamos por identificar generalidades, invariantes y propiedades y principios recurrentes que constituyen estructuras ocultas: las simetrías de la vida.
Otra dificultad, como observó Warren Weaver, es que las ciencias de la vida ocupan un terreno intermedio entre la simplicidad organizada de la física clásica anterior a 1900 y la complejidad desorganizada de la física estadística posterior a 1900. Entre estos dos extremos se encuentra la región del "gran medio" de la complejidad organizada, regida por una dinámica no lineal en la que el todo es más que la suma (o el promedio) de sus partes. Nuestros métodos científicos y lenguaje matemático actuales, si bien ofrecen algunas vías para analizar y aumentar nuestro conocimiento de esos problemas de complejidad organizada, no están preparados para hacerlos completamente comprensibles.
Estas dificultades exigen un nuevo enfoque, que implique tanto una amplitud de perspectivas que combinen conocimientos de una multitud de disciplinas como un modo de análisis crítico y discurso que no dependa del formalismo matemático, incluso si dicha formalización sigue siendo un objetivo final.
El modo tradicional de publicación científica exige que los resultados se comuniquen de forma precisa y limitada, lo que desincentiva el trabajo sobre grandes cuestiones que no se pueden formalizar de inmediato. Un instituto con el objetivo explícito de estudiar esas cuestiones puede contrarrestar esta tendencia.
Dado que muchos investigadores se centran en un área de investigación limitada, las personas, o incluso los equipos que trabajan en una sola disciplina, pueden carecer de la amplitud de conocimientos necesaria para establecer conexiones y plantear preguntas amplias, pero importantes. En lugar de que una sola persona domine diversas ideas, proponemos reunir a varias personas con experiencia en formas de pensar únicas. Esperamos crear equipos que puedan trabajar juntos en un entorno de colaboración intensa y productiva.